Los cristales progresivos son una solución práctica para la presbicia. Sin embargo, existen ciertos mitos que causan dudas. En este artículo, desmitificamos estas creencias erróneas y presentamos las realidades tal y como son.
❌ Mito 1: «Son difíciles de adaptar»
Un mito común es que los cristales progresivos son incómodos. La realidad es que la mayoría de las personas aprenden a usar los progresivos con facilidad gracias a los avances en diseños ópticos.
✅ Realidad 1: «Proporcionan una solución estética»
A diferencia de los bifocales con una línea visible, los progresivos ofrecen una apariencia más moderna, sin separación visible entre las zonas de lejos y cerca.
❌ Mito 2: «No funcionan bien para todas las actividades»
Algunos creen que no son adecuados para leer o usar la computadora. La realidad es que estos lentes proporcionan visión clara en todas las distancias, y existen opciones personalizadas.
✅ Realidad 2: «Mejoran la calidad de vida»
La capacidad de ver claramente a todas las distancias sin cambiar de gafas mejora la calidad de vida. Los cristales progresivos permiten realizar actividades diarias con comodidad y eficiencia.
❌ Mito 3: «Son muy caros»
Aunque pueden ser más costosos que los monofocales (gafas de lejos o cerca), combinan múltiples prescripciones en un solo par de lentes, eliminando la necesidad de varios pares y resultando más económicos a largo plazo.
✅ Realidad 3: «Son una opción avanzada y conveniente»
Los cristales progresivos han evolucionado significativamente en los últimos años, ofreciendo una solución avanzada para quienes necesitan corrección visual a múltiples distancias.
Al desmentir los mitos comunes y entender las realidades, es más fácil tomar una decisión informada y disfrutar de una visión nítida y cómoda a todas las distancias.
Entrada por Alejandro Rubio Barañano, Doctor en Optometría y Ciencias de la Visión.